Si hay una serie que adoro y detesto a partes iguales es Bored to death. La adoro porque cuenta con Zach Galifianakis, un actor cuyo apellido parece un galimatías, pero con un sentido del humor accesible a todos los públicos. Pero también me gusta por ese divertido papel que interpreta el incomprendido Ted Danson, además de por el nivel de frikismo que se desvela con cada línea de diálogo.
Sin embargo, mi odio visceral hacia Jason Schwartzman, enésimo integrante de la saga Coppola (y sin duda el peor), acaba con cualquier posibilidad de que mi admiración por Bored to Death se torne incondicional. Máxime si tenemos en cuenta que el niñato con pinta de empollón es el protagonista.
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Danson (c) y Galifianakis (d) junto al insoportable Schwartzman (i) |
El argumento es sencillo: El protagonista es Jonathan Ames, un escritor que se hace pasar por investigador privado, y que ha extraído todos los conocimientos necesarios para ejercer esta profesión de las novelas policiacas que ha leído. En los momentos en los que el alter ego detectivesco de Ames copa la pantalla, la serie se hace lenta y aburrida. Sin embargo, cuando Ames es simplemente el escritor frustrado y se junta con sus lamentables amigos (Danson y Galifianakis), la serie alcanza cotas de humor surrealista ciertamente altas que harán disfrutar a todos.
¡Ojalá los productores se den cuenta de esto y aniquilen cuanto antes a ese detective de pacotilla! Si no, al final será la audiencia la que termine muerta de aburrimiento.
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