martes, 28 de diciembre de 2010

Vampiros, malditos vampiros

Llevamos ya una docena de series comentadas y, sin embargo, nunca me he atrevido a hablar de ninguna que pertenezca a ese género tan raro para mí como es el de los vampiros.  Y la razón es muy sencilla: ni me gustan los vampiros, ni entiendo todo ese mundo misterioso que les rodea. Tal vez este apartheid voluntario con lo chupa sangre sea fruto de un trauma infantil, no lo sé. Lo que tengo claro es que no me gustan.


El plantel de 'True Blood' al completo

Aclarado este punto, debo reconocer que los vampiros se han sabido integrar muy bien dentro de los géneros cinematográficos tradicionales (uf, qué mal me suena esta palabra de un tiempo a esta parte…). Así, tenemos dramas intimistas (Déjame entrar), culebrones románticos (la Saga Crepúsculo), comedias (Un vampiro suelto en Brooklyn), películas de acción (Blade y sus secuelas) y el clásico cine de terror (Drácula). Esta versatilidad de los vampiros para adaptarse a cualquier género ha sido aprovechada por la televisión, lanzando dos series al ruedo televisivo con suerte desigual.

Por un lado tenemos True Blood, éxito rotundo ahí donde se ha estrenado con fans enloquecidos dispuestos a dejarse chupar la sangre (y sorber el cerebro). La serie es una fiesta erótico-festiva vestida de drama que les gustará a los salidorros reprimidos que necesitan ver en la tele lo que sus tristes vidas nunca les conseguirán. Por otro lado, tenemos Crónicas Vampíricas, donde se nos intenta escandalizar mostrándonos continuamente los torsos desnudos de sus dos protagonistas (¡pues vaya!). Y es que el cine de vampiros y el rollo sensual van tristemente de la mano, de ahí los mordiscos en el cuello y todo ese rollo. Posiblemente esté siendo tremendamente injusto con ambas series y tal vez alguien le encuentre cien virtudes por cada defecto. Porque virtudes, desde luego, tienen: ambas (especialmente True Blood) poseen un sentido del humor más chanante que el de Reyes y cia., ambas contienen buenas dosis de acción y ambas cuentan con actores relativamente buenos que dan cierto tufo a bueno a sus series.

Sin embargo, estas series me torran. De vez en cuando puedo ver medio capítulo, pero como vea más acabo con una sobredosis de malditos vampiros. Y eso me mata.

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