A falta de que empiecen la octava temporada de Entourage y, algo más tarde, la sexta de Dexter, algunas series esprintan para llegar a la meta lo mejor posible. Dos de estas series son Modern Family y The good wife, aunque también estupideces como Glee intentan colocarse lo mejor posible para la traca final de premios: los Emmy. Estos galardones, conocidos como los Oscar de la televisión (topicazo que te defecas) se entregarán dentro de meses, pero las campañas en la televisión empiezan siempre al día siguiente de los Emmy, lo que tiene a los publicistas ocupados los 365 días del año intentando vender, aun antes de que estrenen la temporada, la enésima serie del año.
Este año todo está muy reñido y parece que, finalmente, el reinado de Mad Men toca a su fin para dejar paso a los mafiosos de Boardwalk Empire, cuyo actor principal, Steve Buscemi, hace tiempo que tiene reservado un hueco en su estantería para uno de los Emmys más merecidos en años. También parece claro que Laura Linney ganará el galardón a la mejor actriz de comedia por su papel en The big C.
Con relación a estos premios, me extraña que todo el mundo les dé por seguros ganadores, y más teniendo en cuenta al nivel de los que, previsiblemente, serán sus competidores: Michael C. Hall, Bryan Cranston o Jon Hamm, por un lado y Toni Collette, Tina Fey o Eddie Falco por otro. En cambio, el mejor actor de comedia y la mejor actriz dramática son el gran interrogante del año, pues cualquiera de los postulantes podría ganar.
En cuanto a los secundarios, yo no lo dudaría: en comedia se lo daría tanto a Sofía Vergara como a cualquiera de los hombres de Modern Family; en drama, le daría todos los premios habidos y por haber a la inmensa Christine Baranski, mientras que nombraría de nuevo a Aaron Paul como mejor actor secundario. Este reparto de premios, que sería el justo y necesario no será el real, pues los críticos se han empeñado en que Glee debe ser la mejor comedia del año, por lo que premiarán a sus secundarios, mientras que Baranski verá como alguna advenediza con cara de guarrilla le arrebata un premio que, a todas luces debe ser para ella.
Otros premios cantados son los más importantes: las mejores series. En este apartado las triunfadoras serán Boardwalk Empire y Glee, dando así una de cal y otra de arena, pues la comedia musical sigue siendo el pufo panfletero de siempre y no le llega ni a la suela del zapato ni a 30 Rock, ni a Nurse Jackie, ni a Entourage, ni a Modern Family, ni a The Big Bang Theory. De hecho, para mí, está al mismo nivel de memez que Dos hombres y medio por lo que nominarla entre tanta joya es insultante y premiarla sería la mayor injusticia que se pueda cometer en la historia de los premios… En cuanto a Boardwalk, se lo merece, aunque yo prefiero The good wife, pero bueno.
De las nuevas, tal vez Blue Bloods y Hawaii tengan alguna posibilidad en apartados técnicos. Y sin duda estará nominada Kathy Bates, lo mejor de su anodina serie (¿alguien lo dudaba?)