lunes, 26 de septiembre de 2011

Justified, de menos a más


No sé si será el desastroso doblaje o, simplemente, que no era muy buena, pero la primera temporada de Justified me costó acabarla. Su piloto me pareció lento y falto de interés, a pesar de que Timothy Olyphant resulta convincente en esa mezcla de poli-vaquero-chulo. Sin embargo, los diálogos eran simplemente bochornosos, con frases tópicas, gracias tontas y conversaciones que harían sonrojar a un niño de tres años…
Sin embargo, poco a poco me fui metiendo en la serie y aprendí a valorar esta vuelta de tuerca al Chuck Norris de Walker. Y conste que la comparación me duele, pero es la serie más parecida que uno se puede encontrar. Eso sí, Olyphant permanece siempre impoluto, pues en vez de utilizar los puños saca a pasear el arma, que siempre es más eficaz, pues uno se ahorra energías y tiempo. Ahora soy un fan irredento de esta gran serie de acción.
Habrá quien piense que me he acostumbrado a su estilo cutre y sureño (en el peor sentido de la palabra). Sin embargo, creo sinceramente que quien pase de los primeros cuatro capítulos (más presentación que otra cosa), disfrutará como un enano. Es como El Señor de los Anillos: si sales de la comarca, ya no lo puedes dejar; eso sí, hasta que sales, el camino es largo y denso… Y para los que me hagan caso y lleguen a la segunda, que se preparen, porque a van a disfrutar de lo lindo con unos personajes mejor perfilados e interpretados por un reparto en estado de gracia (tal como confirmaron los últimos Emmy…)

jueves, 22 de septiembre de 2011

El regreso de las grandes

Entre esta semana y la que viene todo aficionado a las buenas series está de enhorabuena, porque regresan las grandes. Es cierto que a cambio nos tendremos que despedir de Breaking Bad y olvidar definitivamente el maravilloso final de Entourage. Pero Big Bang Theory, Modern Family y, sobre todo, Dexter y Boardwalk Empire. Vamos, que en menos de un mes esteremos ya inmersos en todas las buenas series.
De algunas de estas series esperamos mucho y, de otras, más bien poco. Así, de Dexter esperamos que remonte el vuelo después de una quinta temporada más bien regular, sobre todo después de haber puesto el listón en el infinito con una inmensa cuarta temporada. Eso es lo malo de Dexter y de toda buena serie en general: nos malacostumbran a la perfección y todo lo que baje de ahí tendemos a criticarlo…
De The Big Bang Theory, sin embargo, esperamos más bien poco. La serie cuenta con unos personajes que van de la perfección (Sheldon, Howard y Penny) a la exasperación (Raj y Amy), pasando por la indiferencia (Leonard). Como esta quinta temporada no retome el espíritu de la tercera temporada tiene difícil no cansarnos. Y cuando las expectativas están en que algo no te canse…
Boardwalk Empire empezó de manera brillante, pero poco a poco empezó a acomodarse en una situación media entre la buena serie con destellos brillantes. Claro, que continuar el brillante prólogo rodado por Scorsese no es nada fácil. De la segunda temporada esperamos algo más de ritmo, toda vez que los personajes ya están definidos…
Por último, Modern Family tiene el difícil reto de mantener, durante una temporada más, el altísimo nivel que ha marcado con las dos temporadas anteriores. Estas expectativas tan altas vienen refrendadas por la consecución de cinco Emmys el domingo pasado. Sin embargo, de todas las series comentadas, es la que más confianza me da, pues sigue fresca después de cincuenta capítulos, lo que la sitúa a la altura de las grandes…

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El declive del imperio americano continúa

Si hay una serie capaz de provocar desazón y angustia mientras esbozamos una sonrisa, esa es Breaking Bad. La serie, gran ausente de los Emmy de este año por los ajustes horarios de las cadenas, es una de las grandes series del momento, tal y como demuestra la cuarta temporada que está a punto de terminar en Estados Unidos. Además, ahora que se ha hecho oficial que Mad Men perderá un año por los mismos motivos que BB, es más que posible que su cetro como Drama número 1 de la televisión americana pase a las manos de este moribundo que mete a traficante de drogas.
El argumento puede resultar escabroso y, podéis creerme, lo es. Escabrosa y macabra. Porque la serie es dura, pero algunas situaciones son tan ridículas que hacen reír. Además, la serie cuenta con dos protagonistas que son los antagonistas perfectos por la improbabilidad de su relación. Bryan Cranston y Aaron Paul bordan unos papeles por los que ya han ganado el Emmy con toda justicia.
Sin embargo, hay un pero muy grande que se le puede poner a esta serie. Un error descomunal que puede herir de muerte al Sr. White, y es el lio de fechas al que AMC está sometiendo a la serie. Esta vez se ha perdido año; la próxima puede que sea el final definitivo de Breaking Bad. Es cierto que el problema no es de la serie, sino de la ceguera monumental de los productores. Tal vez por eso digan que el mayor enemigo es el que no se ve…
Y es que la crisis viene por la avaricia. Y ya se sabe que la avaricia rompe el saco. Por eso esta crisis es una crisis de valores, tal como explica un venerable anciano vestido de blanco y con zapatos rojos y tal como intuye Too big to fail. ¿Defectos de la peli? Que se queda a medio camino, pues expone la situación pero no ofrece esperanza. Esa es la diferencia entre el anciano de zapatos rojos y el cine: que se atreve a proponer soluciones.

martes, 20 de septiembre de 2011

BB, una serie gamberra

Si hay una serie capaz de provocar desazón y angustia mientras esbozamos una sonrisa, esa es Breaking Bad. La serie, gran ausente de los Emmy de este año por los ajustes horarios de las cadenas, es una de las grandes series del momento, tal y como demuestra la cuarta temporada que está a punto de terminar en Estados Unidos. Además, ahora que se ha hecho oficial que Mad Men perderá un año por los mismos motivos que BB, es más que posible que su cetro como Drama número 1 de la televisión americana pase a las manos de este moribundo que mete a traficante de drogas.
El argumento puede resultar escabroso y, podéis creerme, lo es. Escabrosa y macabra. Porque la serie es dura, pero algunas situaciones son tan ridículas que hacen reír. Además, la serie cuenta con dos protagonistas que son los antagonistas perfectos por la improbabilidad de su relación. Bryan Cranston y Aaron Paul bordan unos papeles por los que ya han ganado el Emmy con toda justicia.
Sin embargo, hay un pero muy grande que se le puede poner a esta serie. Un error descomunal que puede herir de muerte al Sr. White, y es el lio de fechas al que AMC está sometiendo a la serie. Esta vez se ha perdido año; la próxima puede que sea el final definitivo de Breaking Bad. Es cierto que el problema no es de la serie, sino de la ceguera monumental de los productores. Tal vez por eso digan que el mayor enemigo es el que no se ve…

lunes, 19 de septiembre de 2011

Un Emmy para cada uno

Los premios Emmy que se entregaron anoche han dejado satisfecho a casi todo el mundo. Y, además, han sido casi todos justos (aunque esto no importe a casi nadie). Pero si por algo ha destacado verdaderamente esta ceremonia ha sido por la cantidad de sorpresas que ha habido. Satisfacción por la sorpresa de que se haga justicia, podríamos resumir en un titular que hace  unos días resultaría contradictorio.
Sorprendente ya fue que se nominara a Kathy Bates en lugar de la maravillosa Katey Sagal en el apartado dramático. Sin embargo, premiar a la McCarthy en el apartado de comedia quitó el hipo a más de uno. Si un pero se le puede poner a la noche fue, sin duda este premio. Robar un Emmy a Laura Linney de esta manera no tiene gracia, aunque la entrega fuera de los mejores momentos de la noche. Modern Family fue la única serie que cumplió los pronósticos y se hizo con cinco Emmys, entre ellos el de mejor comedia del año. También para la familia disfuncional fueron los premios a los mejores secundarios (en concreto para el divertidísimo matrimonio Dunphy, interpretados por Ty Burrell y Julie Bowen). Por último, Jim Parsons batió a Steve Carrell como mejor actor y se hizo con su segundo Ángel consecutivo por su papel de Sheldon Cooper.
En el apartado de drama tan sólo se cumplieron dos pronósticos: mejor actriz para Julianna Margulies por su inmenso papel en The good wife y mejor secundario para Peter Dinklage, ese pequeño gran actor que sorprendió a todos en Juego de Tronos. El resto, una deliciosa sorpresa detrás de otra: en primer lugar, el mejor actor fue para Kyle Chandler en su despedida como entrenador en Friday Night Lights, imponiéndose a Hamm y Buscemi, grandes favoritos. La actriz secundaria fue para Margo Martindale por su aterrador papel en Justified, dejando en la cuneta al dúo magnifico, a saber: la Panjabi  y la Baranki, ambas nominadas por The good wife. Juego de Tronos y Boardwalk Empire fueron apeadas a última hora por Mad Men, serie que triunfa por cuarto año consecutivo.
Pero la gran sorpresa de la noche vino en los premios a las mini-series o películas para televisión. Y es que Mildred Pierce, gran favorita de la noche, sucumbió ante la calidad de Downton abbey, que veía como triunfaba más allá de sus fronteras (es británica) a pesar de ser ninguneada en los premios de su país. Mejor mini-serie o película, dirección, guión y actriz secundaria para las desventuras de nobles y plebeyos. Kate Winslet y Guy Pierce salvaron los muebles para la ficción de HBO en los roles protagonista y secundario, respectivamente. Barry Pepper hacía saltar de nuevo la campana al imponerse a William Hurt, inmenso en Too big to fail y su compañero en The Kennedys, Greg Kinnear.
En fin, una noche de sorpresas que hizo que nos fuéramos a la cama con una sonrisa. Ya sólo quedan 365 días para los Emmys 2012…

viernes, 16 de septiembre de 2011

Un final brillante

He de reconocer que la octava temporada de Entourage me estaba dejando más bien frio. Y hablo en pasado porque el último capítulo de la serie ha purgado los (pocos) pecados que tenía. Una vez acabada la serie podemos decir, sin ningún tipo de dudas que Entourage es una de las series de la década. Y Ari Gold el mejor personaje de la historia de la televisión, of course. ¿Qué me puede la pasión con esta serie? Sí, lo reconozco. Pero es que de eso va Entourage: de dejarse atrapar por ese mundo de lujo, desenfreno y vidas al límite que viven para un tipo de diversión y frivolidad que sólo consigue el dinero.
Ahora bien, que no se me entienda mal. Entourage es una serie frívola, sí, pero no una tontería frívola. No olvidemos que es HBO, sinónimo de calidad en toda serie que dure más de dos temporadas. No olvidemos tampoco que no ha habido temporadas de transición (lo más parecido ha sido la octava temporada), algo inconcebible en cualquier serie; en todo caso hubo capítulos de transición, peccata minuta para una serie de 20 minutos. Tampoco conviene olvidar que siempre ha sido una serie coherente, justa con sus personajes, lógica en su realismo e increíblemente creíble en su planteamiento. Por último, hay que recordar el carisma que desprenden todos los personajes: desde el infantilismo de nuevo rico de Vincent hasta la pluma de Lloyd, pasando por la cándida estupidez de Drama, la responsabilidad de Eric o la pereza contagiosa de Turtle.
Es cierto que los personajes femeninos quedan avasallados ante tanta testosterona, pero destacan la rudeza de Shauna y la belleza y bondad de Sloan por encima de muchos rasgos “machitos” de los protagonistas. Más perjudicadas salen Mrs. Gold (cuyo nombre se desvela en el último capítulo de la serie) y Barbra Miller, eclipsadas por la interpretación de un soberbio Jeremy Piven en la piel de Ari Gold.
Piven tiene a su cargo un papel histriónico y descarado, pero lleno de bondad, lealtad y amor a los suyos. Aquí estriba la dificultad de su personaje: a pesar de ser racista, machista, misógino, homófobo, cruel y despiadado, en ningún momento se duda de que es un hombre que ama a su mujer y sus hijos por encima de cualquier cosa. El final que los creadores de la serie le han dado es absolutamente conmovedor. Y justo. Echaremos de menos sus gracias y menosprecios a Lloyd, que tan buenos momentos de comedia inteligente nos han dado. Echaremos de menos Entourage, hasta que llegue la película, quiero decir. Una película en la que espero que mantengan el tono de la serie. Será difícil, pues el caso más reciente (Sexo en Nueva York) dejaba bastante que desear en su versión para la gran pantalla. Vincent y sus chicos se merecen algo mejor; se merecen lo mejor. ¡Hasta siempre, muchachos!