lunes, 28 de noviembre de 2011

Patrick se lo pasa pipa

A lo largo de tres temporadas, pensé que El Mentalista me gustaba por el carisma de los personajes y la química entre Patrick y Lisbon. Sin embargo, en esta cuarta temporada me he dado cuenta de un motivo mucho más profundo y, a la vez, mucho más superficial que explica mi pasión por este serie policiaca. Este motivo no es otro que comprobar, semana tras semana, lo bien que se lo pasan los actores rodando esta serie. Es un motivo más profundo (en el sentido de primigenio, originario de los otros) y a la vez más superficial (por razones evidentes), pero es un motivo más que válido para distinguir una serie del montón.
Y es que no es fácil encontrar una serie donde los actores disfruten tanto interpretando a los personajes. Pero hay uno que destaca por encima de todos: Simon Baker, aka Patrick Jane, azote de delincuentes y cómico de primera. Porque sí, admitámoslo, El Mentalista es una serie ligerita que cumple una función no siempre fácil de encontrar en una serie dramática: entretener a las masas. Y es que, en televisión, donde es obligatorio conseguir la fidelidad del espectador, se hace obligatorio disponer de series que mantengan pegado al espectador semana tras semana.
En los últimos capítulos, la tensión se ha manejado muy bien en la serie, logrando momentos muy intensos. No es The Wire, pero tampoco lo pretende. El Mentalista ha sabido mantenerse fiel a si mismo centrándose en Jane, un personaje narcisista, divertido, juguetón, pero con un darth passenger que asustaría al mismísimo Dexter Morgan (¡Dios mío, qué han hecho con esta serie!). Para ello hace falta un actor que entienda muy bien el personaje; Simon Baker lo hace, y nos transmite a un Patrick cada vez más irónico pero también más herido. Un personaje con el que se ha fundido porque se lo pasa francamente bien con él, y eso se contagia al resto del reparto, cada vez más sueto.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Un portento llamado Kate

Quién es quién en Mildred Pierce
Reconozco que al hablar de Kate Winslet no soy objetivo. O quizás soy más objetivo que nadie, no lo sé. Y es que Winslet ha sido para mí una diosa absoluta en cada trabajo; un ejemplo de profesionalidad, talento y brillantez. Una mujer que, sin ser especialmente guapa, se presenta a mis ojos como la mujer 10, la perfección hecha carne. Es lo que tiene ser una verdadera estrella: que el reflejo del talento enciende pasiones.
Afortunadamente para mí, éste ha sido un año especialmente prolífico para la actriz británica pues, además de dos películas más que correctas (Contagio y Un dios salvaje), ha estrenado la enésima obra maestra de HBO, la miniserie Mildred Pierce.
No es la primera vez que la actriz de Titanic hace televisión (salió en un capítulo de Extras), pero es indudable que no es su medio. Aun así, la interpretación que ofrece en Milded Pierce es absolutamente arrebatadora, hipnótica, mágica. Es tan buena que hace mejor al resto del reparto. No es que Guy Pierce, Bryan F. O’Byrne, Mare Winningham o Evan Rachel Wood sean malos, todo lo contrario. Pero gracias a la pasión contagiosa de Winslet, consiguen las mejores interpretaciones de sus carreras.
Cuestión aparte es Melissa Leo, única a la que Mildred no le pega gritos y eso se nota. Se nota en que no hay tensión en las escenas que ambas comparten; esos momentos son un oasis dentro del terremoto vital de Mildred. Ahí radica el mérito de ambas actrices, que saben calmar las aguas airadas de tan turbulenta vida. Y es que Mildred Pierce cuenta la historia de una mujer hecha a sí misma que, a pesar de todos los sufrimientos y sus (muchos) errores, sabrá salir adelante gracias a su tesón, ambición y ganas de triunfar.
La serie en su conjunto es una obra maestra que se alzó con dos premios Emmy en la pasada edición a pesar de ser tener veintitantas nominaciones. Y es que enfrente tenía a la (también) soberbia Downton Abbey, que le arrebató la gloria en todos los premios gordos excepto uno. ¿Adivináis cuál? Sí, el de mejor actriz, que fue a parar a las delicadas manos de esa portentosa mujer llamada Kate Winslet.